Saturday, June 29, 2019

"Estaba en la cárcel y vinisteis a verme" (Mt 25,36)







Francisco Cruz Rivero sscc,
religioso sscc de la comunidad de Jerez (España)
que acoge a internos 
del Centro Penitenciario Puerto III 
y párroco de San Pablo

Fruto de la inquietud y del deseo de la Provincia Ibérica por una mayor inserción en las realidades de marginación surge hace cinco años la participación de hermanos de la comunidad de Jerez en la Pastoral penitenciaria en los Centros Penitenciarios Puerto I y III.


Ante la necesidad de muchos internos del C.P. Puerto III de acogida para disfrutar los permisos, se plantea hace dos años la posibilidad de recibirlos en la comunidad religiosa. Se elabora un proyecto que se presenta a la Pastoral penitenciaria de la diócesis Asidonia-Jerez, a Instituciones penitenciarias y a la Provincia ss.cc. Aprobado por las tres instancias, al iniciarse el curso 2017-18 comenzamos a estudiar las solicitudes que comienzan a llegar. La primera persona que acogemos es a inicios de 2018. Hasta ahora han sido acogidos cinco internos. Dos de los cuales han venido en los sucesivos permisos hasta que concluyeron sus condenas en torno a las pasadas Navidades. Otro ha venido hasta que ha pasado en febrero a tercer grado y ha conseguido una acogida distinta, pues ahora sale todos los fines de semana, a lo que nosotros no podemos comprometernos. El cuarto interno continúa viniendo cada vez que le corresponde. Y a un quinto acogido se le ha retirado la acogida pues en los dos permisos que ha tenido su comportamiento no lo juzgamos adecuado. Estamos esperando a varias personas, que están terminando el proceso administrativo y judicial necesario para que se autorice el permiso.

Al compartir los espacios, útiles..., comunitarios, no acogemos personas con enfermedades contagiosas, que supongan un riesgo para la comunidad. Y al convivir con nosotros, estudiamos si la persona, por enfermedad psiquiátrica o por adición o consumo de alguna sustancia, puede someterse a una convivencia con unas normales reglas y con garantías de seguridad para la comunidad.

Durante los días de permiso la persona acogida convive con la comunidad, participando de su vida, horarios... Y en la medida en que lo requiere, se le acompaña a alguna gestión, se le lleva a algún sitio... Su estancia es una oportunidad para acoger, acompañar, escuchar, humanizar la vida de quienes recibimos.

Para nosotros supone una experiencia de expropiación y compromiso, de encuentro con la humanidad necesitada de reparación, de participación en la misión de la Iglesia. Para ellos una experiencia de acogida gratuita e inmerecida, de consuelo y esperanza. Para los que van conociendo esto, de sorpresa, cuestionamiento y testimonio de entrega sin esperar nada a cambio.

Es un proyecto sencillo, pero que implica la vida y el corazón de los que aquí estamos. Habrá que ir evaluándolo y viendo cómo puede desarrollarse.



No comments:

Post a Comment