“No
tengáis miedo” (Mt 14, 27) es la expresión con la que Jesús se dirige
a sus discípulos cuando estos están en la barca, lejos de tierra, sacudidos
por las olas y el viento contrario, y atemorizados por el hecho sorprendente de
verlo caminar sobre las aguas. San Juan Pablo II utilizó estas palabras
el día que fue elegido Papa y posteriormente en numerosas ocasiones,
proponiéndolas como actitud ante la vida. A los discípulos no les resultó
fácil acoger la invitación de Jesús y en nuestro tiempo nos puede suceder lo
mismo. Hay momentos y situaciones en las que el miedo es inevitable, pero los
creyentes no podemos dejar que este sea el sentimiento dominante.